Flora y Fauna Patagónica

Varios son los animales autóctonos que viven en esta difícil área geográfica. Entre estos destaca el huemul (hippocalemus bisulcus), un pequeño mamífero parecido a un ciervo y con la misma agilidad de éste; y el cóndor, ave de rapiña que llega a medir cuatro metros con sus alas extendidas, es el habitante de las altas cumbres cordilleranas. Ambos representantes de la fauna chilena  presentes en el Escudo Nacional de Chile. También es posible ver al guanaco (lama guanicoe) o al puma o león americano (felis concolor) que fueron dos mamíferos largamente perseguidos por los colonos dedicados a la ganadería; pues temían que dañaran a sus ovejas. Hoy los guanacos sobreviven en pequeñas manadas en zonas aisladas y el puma se ha resignado a ser un habitante solitario de las tierras más apartadas del hombre. El zorro rojo o culpeo y el zorro gris, también fueron muy cotizados y perseguidos, esta vez por el valor de su piel. Actualmente, son muy escasos y se encuentran en peligro de extinción, al igual que tuco-tuco o cururo (ctenomis magellanicus) pequeño roedor que habitaba toda la Patagonia.

Otra importante variedad de mamíferos son los que viven en el mar. Entre ellos está la ballena azul (Balaenoptera musculus), la tonina overa o delfín pío (cethalorhynchus commersonii) de la familia de los delfines, las que es posible ver en parejas o grupos saltando junto a las embarcaciones.

En las costas abundan las loberías donde se congregan para procrear la foca común o lobo de mar de un pelo y la foca de piel fina o lobo de dos pelos.

Esta magnífica variedad de fauna se completa con la nutria (lutrafelina) o chungungo, que es carnívora y se alimenta de peces y crustáceos.

En cuanto a las aves terrestres, en la región destaca el avestruz o ñandú, que también fue muy perseguida pero, a pesar de ello, son numerosas y se concentran en la pampa patagónica. Las caiquenes y las avutardas, aves del tamaño de un ganso, están presentes en todo el territorio. En las lagunas y riachuelos habitan los cisnes blancos de cuello y cabeza negro, los flamencos cuyos colores van desde rosado hasta el rojo escarlata y patos de colores y tamaños muy variados.

De las aves de rapiña, además del cóndor resalta la presencia del águila, el jote, el tiuque y el carancho común. En los bosques es posible observar loros o cotorras, zorzales, loicas, jilgueros y picaflores.

Las aguas magallánicas también son el hábitat del Pingüino. Estas aves abandonan el agua de octubre a marzo, época en que se instalan en la tierra para reproducirse. Entre las variedades de pingüinos presentes encontramos el pájaro niño que hace su nido en las rocas, el pingüino rey  que resalta por su belleza y el pingüino magallánico, cuya colonia es la más abundante.

Peculiar resulta ver cómo el pato a vapor o pato quetro se desplaza por el agua cuando huye, como no puede volar usa sus alas para propulsarse y deja tras de sí una estela sobre el agua.

Bosque Magallánico

En una zona donde la precipitación anual alcanza entre los 3.000 y 5.000 mm. no resulta raro que la vegetación sea de una exuberancia sorprendente.

El paisaje verde oscuro de estas latitudes recibe el nombre de Bosque Magallánico. De sus características principales podemos decir que es más espeso en los valles, donde los árboles alcanzan grandes tamaños y mientras mayor es la altura disminuye su porte, al igual que la variedad de especies, y los troncos son más delgados.

Aquí la vegetación es baja y enmarañada, casi intransitable. Este paisaje desaparece al aproximarse a las cumbres nevadas; ahí es la roca viva la que da color al paisaje.

Los árboles predominantes son:

El ciprés de las Guaitecas

(pilgerodendron uvifera), tipo de conífera de hojas perennes; su madera es casi incorruptible por lo que se usa en los postes y cercos de la región. Su tamaño disminuye más al sur.

La lenga

(nothofagus pumilio), conocido también como “roble de Tierra del Fuego” o “roble blanco”, el ñirre (nothofagus antarctica) ambos de hojas caducas, y el coigüe de magallanes (nothofagus betuloides), especie de la familia de los robles forman otro grupo arbóreo de la región.

El canelo

(drimys winteri),  que se distingue de los demás por la esbeltez de su tronco, y el tepu (tepulia stipularis) también destacan dentro del paisaje. Además la variedad de arbustos que crecen entre estos árboles hace casi impenetrables sus bosques. Muy importante es la madera de éstos pues es usada como combustible por su gran poder calorífico.

El ciruelillo o notro

(embothrium coccineum) crece en las soleadas laderas de las montañas, sus hojas son perennes y en primavera aparecen sus flores escarlata.

De la vegetación destacamos:

La Fucsia o Chilco

(fuchsia magellanica) crece a orillas del agua y en los claros del bosque, mostrándose como un hermoso arbusto de flores rojizas y azul-moradas.

El Coicopihue

(philesia magellanica), planta arbustiva y trepadora que se ubica principalmente en lugares húmedos y protegidos del viento donde crece con sus flores rojas que contrastan con el verde brillante de sus hojas.

El Calafate

(berberis buxifolia) arbusto espinoso que crece en toda la Patagonia. Su fruto es muy sabroso y parecido a la uva. Es considerado un símbolo de la zona.

El Helecho Palmita

(blechnum magellanicum) crece bajo bosques siempreverdes alcanzando tamaños arborescentes, presentando hojas o frondas de gran envergadura.