Desde San Pedro hay que tomar el camino antiguo a Calama. Al internarse en la Cordillera de la Sal comienza un espectáculo de gran belleza. Su origen geológico es el de un lago emergido; las capas que eran horizontales, hoy están verticales por los plieges de la superficie. Así surgen las extrañas figuras que parecen dinosaurios en un escenario de extraños brillos.
Entre estas montañas y luego de dejar atrás el Llano de la Paciencia y la cuesta Las Salinas, aparece el Valle de la Luna. Es una pequeña depresión de 500 m., con suelo salino y rodeado de impresionantes cerros, pequeños y con crestas filosas, que demuestran una profunda transformación de la corteza terrestre producida por sucesivos plegamientos del fondo lacustre del salar. El mismo fenómeno que generó la Cordillera de la Sal. Presenta diversas formas estratificadas y afloramientos salinos, de extrañas formas.
Es un espectáculo sobrecogedor, que cambia de color y parece transformarse a medida que el sol se oculta.