Reservas Naturales de la V región

La V región es una zona eminentemente desarrollada, con grandes núcleos urbanos y una población que crece día a día. Si bien, el crecimiento económico e industrial ha incidido en que las áreas verdes de la región se vean reducidas, igualmente hay zonas que aún testimonian la riqueza ecológica de la región de Valparaíso y es necesario preservarlas dándole los cuidados que merecen y apoyando el desafío que significa mantener un “pulmón verde” en medio de la ciudad.

Dentro de estos proyectos contamos, por su envergadura, importancia y tradición, al Jardín Botánico Municipal de Viña del Mar, a la Reserva Nacional Lago Peñuelas y al Parque Nacional La Campana.

Jardín Botánico Nacional

Lo que aquí denominamos Jardín Botánico Nacional también es conocido como Parque Metropolitano Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar. Se ubica en la comuna de El Salto, más específicamente en camino El Olivar s/n.

La historia de los terrenos del Jardín Botánico comienza entre los años 1917 y 1920, cuando don Pascual Baburizza, empresario yugoslavo, adquiere tres lotes de terreno en las afueras de Viña del Mar para transformarlos en lugares de esparcimiento familiar y producción agrícola. Luego adquiere el predio la Corporación de Ventas de Salitre y Yodo pero ésta no pudo cumplir con la voluntad póstuma del filántropo extranjero que era que sus terrenos fueran utilizados para la producción agrícola y debió traspasar los títulos de propiedad al Fisco chileno.

El Estado, delega la administración del terreno a diversas instituciones llegando, en 1983, a la Corporación Nacional Forestal (CONAF) que es la entidad que hoy en día se encarga de la organización del Parque y sus alrededores.

El manejo de la CONAF ha sido muy beneficioso para el Jardín Botánico pues se ha reiniciado el proceso de intercambio y adquisición de colecciones con otras entidades y los jardines cuentan con mantención continua lo cual cuida y mejora el paisaje natural. Lo anterior, ha repercutido exitosamente en el repunte que ha tenido el Jardín como panorama familiar y turístico de la región.

Actualmente, existen diferentes planes e iniciativas para impulsar y posicionar al Jardín como un centro de promoción de la investigación de especies naturales, así como también para la conservación de la vegetación existente además de explotar sus potencialidades como centro educativo, de esparcimiento de la comunidad y núcleo de interés turístico a nivel regional y nacional.

Vegetación, Flora y Fauna y Colecciones del Jardín Botánico Nacional

El parque cuenta con 396 hectáreas, 60 de ellas corresponden a plantaciones forestales donde destaca el Eucalipus globulus Labil, 40 há. son ocupadas por vegetación ornamental y prados y jardines utilizados preferentemente para la recreación familiar. El resto de la superficie es ocupada por vegetación nativa con especies propias del bosque esclerófilo como el peumo y el boldo y ejemplares de sotobosque con gran presencia de helechos, quila y musgos además de la extensa presencia de la formación de matorral espinoso donde domina el espino, quillay, maitén y también algunos ejemplares de palma chilena.

Por otro lado, la función de conservación que identifica al Jardín Botánico se refleja en la preservación ex - situ, es decir, fuera de su ambiente natural, de aquellas especies que presentan algún grado de deterioro o amenaza en su ambiente original. De hecho, el Jardín tiene dependencias muy ligadas a la investigación como por ejemplo el Vivero, lugar donde se ponen en práctica técnicas de germinación, propagación y labores de cultivo en general, además de conservar ejemplares en extinción y producir otras para fines ornamentales.

En relación a la fauna que se puede apreciar comúnmente en los alrededores del Jardín Botánico destacan las aves como chincol, la codorniz, el picaflor gigante, la torcaza, el chercán, la garza chica, el yeco, el tucuquere y el pato jergón grande, entre otras.



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Lago Peñuelas

El verdadero origen del Lago Peñuelas se debió a la necesidad de abastecer de agua potable las ciudades de Valparaíso y Viña del Mar. La iniciativa estuvo a cargo del Intendente de la región, don Federico Errázuriz, que entre los años 1985 y 1900 ideó el Lago Peñuelas como un embalse para satisfacer las necesidades de un momento histórico. Posteriormente su relevancia fue tal que por su labor ecológica, científica, educativa, cultural y recreacional, fue declarado por la UNESCO, junto con el Parque Nacional la Campana, como “Reserva de la Biosfera”.

Esta hermosa Reserva Natural, de fácil acceso (km. 94 de la Ruta 68) y movilización expedita, tiene alrededor de 9.260 hectáreas y está rodeada de suaves lomas y planos de sedimentación que forman el centro del valle, además de cerros de poca altura con altitud que va de los 337 a 613 msnm. El sistema hidrográfico más importante de la Reserva es, por supuesto, el embalse Peñuelas (o Lago Peñuelas) y su cuenca tributaria que sólo se abastece de aguas lluvias.

Como Reserva Nacional y lugar de clara trascendencia ecológica el Lago Peñuelas tiene una serie de atractivos naturales. En relación a la flora hay tres tipos que destacan: el bosque mixto con especies como el quillay, litre, molle y trevo, el matorral ripiario con ejemplares como el romero y la zarzamora, y el bosque y matorral espinoso caducifolio donde resalta el algarrobo.

Sobre la fauna presente en el embalse podemos decir que dentro de los mamíferos más comunes se ubica el zorro chilla y el zorro culpeo, el coipo, el ratón chinchilla, el gato montés y especies introducidas como el conejo y la liebre. Sin embargo, debido a la importancia del lago, las especies que más llaman la atención son las acuáticas y las aéreas, entre ellas la garza, la perdiz, el pato jergón chico y grande, el águila pescadora, el cernícalo, el picaflor gigante y la diuca. También, y aunque es muy raro verlos, a veces se pueden encontrar cisnes de cuello negro.



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Parque Nacional La Campana

Este atractivo Parque Nacional fue creado en octubre de 1967. Posee una extensión de 8 mil hectáreas que pertenecen a las comunas de Olmué e Hijuelas en la región de Valparaíso. Se ubica en la cordillera de la Costa, al sur del valle de Aconcagua, y una de las características más interesantes son sus diferentes relieves que van desde los 400 metros hasta los 2.222 msnm (aprox.), altura correspondiente al cerro El Roble.

Sin duda, su importancia estriba en la biodiversidad ecológica que conserva aunque actualmente se han encontrado restos arqueológicos en sus terrenos los que revelarían una antigua presencia indígena en la zona, situación que le da a La Campana interés científico y educativo nuevo y muy significativo.

Un aspecto destacado de este Parque Nacional es que es uno de los lugares comprometidos con la conservación de la Palma chilena, considerada por los especialistas como “especie vulnerable”. En el sector de Ocoa se ubica un bosque compuesto por este autóctono ejemplar que puede llegar a medir hasta 30 metros de altura. También es notable y curiosa la existencia de una especie típicamente sureña como el Roble, presente en las laderas de los cerros La Campana y El Roble.

Además de la evidente diversidad de flora y vegetación es posible observar diferentes especies animales. Entre los exponentes más comunes destaca el zorro chilla, el zorro culpeo, el gato montés y el chingue. También es posible ver chinchillas, cururos y, dentro de las aves, el picaflor gigante, la diuca, la tenca, el águila y la lechuza son algunas de las especies observables en una visita.

El parque es sumamente extenso pero para organizar un recorrido es posible dividirlo en tres sectores: Granizo, Cajón Grande y Ocoa. Cada uno cuenta con entradas propias y atractivos únicos.

Sector Granizo

A este sector se puede acceder de diferentes maneras. Desde Olmué por la ruta 62 (troncal Sur o Lo Orozco) que lleva a la avenida Eastman que desemboca en Granizo. También es posible llegar por la ruta 5 Norte o por la cuesta La Dormida.

La particularidad de este sector está dada porque es el único que cuenta con acceso a la cima del Cerro La Campana a través del sendero “Andinista”. Este tiene 7 kilómetros de extensión y desde él se puede apreciar no sólo la exquisita variedad de flora y fauna del sector sino también el valle de Olmué, la cordillera de Los Andes y a veces incluso el océano Pacífico.

El sendero “Los Peumos-Portezuelo Ocoa” aunque es de menor extensión (5,5 kms.) igualmente se puede apreciar la rica vegetación del lugar y conecta internamente los tres sectores del Parque Nacional.

Sector Cajón Grande

Se ingresa a él por las mismas rutas que para acceder al sector de Granizo con la salvedad de que en el paradero 40 de avenida Granizo hay una bifurcación y se debe seguir por el lado derecho del camino para llegar.

El atractivo principal de este sector son sus pozones naturales donde destaca la Poza del Coipo.

Los senderos que pueden realizarse en Cajón Grande son: “Plateaux” de 4,2 km. de extensión y mirador del valle de Olmué y Quebrada Alvarado, y “Portezuelo Ocoa” de 4,4 km. de extensión donde es interesante observar los ejemplares de Roble que se encuentran en el camino, además, obviamente, de la enriquecedora flora y fauna del sector.

Sector Palmas de Ocoa

Se accede a él por la ruta 5 Norte (altura del km. 98) en dirección al poblado de Ocoa.

El rasgo principal de este sector, y que lo hace único, es la concentración de ejemplares de Palma chilena (Jubaea chilensis) llegando a contarse unas 62 mil especies.

Dos senderos pueden realizarse en Palmas de Ocoa. Uno es “La Cascada” de 6 km. de extensión y cuyo atractivo es la inmensa caída de agua que le da el nombre al sendero y que tiene unos 30 metros de altura y el otro es el “Al Amasijo” que conecta al visitante con Olmué y con los otros dos sectores además de desembocar en el corazón del palmar de Ocoa.

Todos los sectores están totalmente habilitados y equipados para satisfacer las necesidades de los turistas y visitantes. Poseen mesas, baños, duchas, parillas y lugares especiales para acampar sin dañar el medio ambiente. Los senderos están totalmente acondicionados para ser recorridos sin tener ningún problema ni contratiempo y también pueden ser descubiertos a caballo.

Las visitas pueden realizarse durante todo el año. De septiembre a abril se abre, todos los días, desde las 09:00 a las 19:00 hrs. mientras que entre mayo y agosto, de las 09:00 a las 18:00 hrs., sólo los domingos y festivos. Se cobra mil pesos por concepto de entrada y los niños cancelan la mitad del valor.



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Clima

La zona de la región de Valparaíso tiene un clima mediterráneo cuyos rasgos principales son los periodos secos de 5 a 7 meses y las precipitaciones invernales que van desde los 300 a los 700 mm. Estas últimas no son constantes de un año a otro lo cual repercute en la vegetación que presenta la zona, los diferentes relieves que encontramos en la región también son un factor decisivo en la formación y crecimiento de la misma ya que la radiación solar incide distintamente en valles y colinas.

Flora

La denominación especializada que identifica la vegetación y también la fauna presente en la región es la de “bosque y matorral esclerófilo”, esto es; vegetación de hoja dura, generalmente gruesa, rígida, pequeña y persistente, adaptada a resistir largos períodos de sequía.

Las laderas de ubicación norte están constituidas por especies como el cactus, puyas y colliguay y matorrales espinosos de espino, trevo y guayacán. Mientras que en las laderas con exposición solar sur predominan los árboles y arbustos de hojas perennes y duras. Entre éstos destaca el boldo, el peumo, el litre y el quillay.

Una de las especies más asociadas a la V región es la palma chilena, endémica de Chile, es decir, propia o exclusiva del país. Actualmente es posible encontrarla en Ocoa, Cocalán y también en el Parque Nacional La Campana.

Es interesante rescatar que el ecosistema de esta zona se caracteriza por su endemismo, es decir; que las especies que se encuentran en él se han tratado de introducir en otras áreas pero las condiciones ideales de desarrollo están presentes sólo en la Zona Central.

También es necesario saber que el paisaje de naturaleza original de Valparaíso no sólo ha cambiado por la urbanización sino que también ha sido reemplazado por extensas plantaciones de campo agrícola además de las de Pino y Eucalipto. No obstante, lo anterior no ha mermado la presencia de un ecosistema propio de climas mediterráneos: los humedales. Estos son muy importantes en una zona que es atacada por fuertes sequías ya que representan fuentes permanentes de agua.

Fauna

La fauna que encontramos depende en gran media de la vegetación y de la flora existente la zona. Lagartijas, iguanas y culebras además de gran cantidad de aves son algunos de los seres vivos que completan este ecosistema. Entre las aves más frecuentes está la perdiz, la turca, la tenca, que son endémicas del lugar, así como también la loica y el chirihue. Resalta especialmente el picaflor gigante que es común ver en la zona aunque no es originario de ella. De los rapaces es común ver al águila que se alimenta de los conejos, especies introducidas en la zona y que afectan el normal desarrollo de la vegetación nativa al devorar plantas en crecimiento.

Entre los mamíferos que se pueden apreciar en la región se encuentran los zorros, el gato colocolo, el quique y el chingue.

Los húmedales que forman parte importante del ecosistema también poseen sus propias especies de anfibios y aves donde destaca, por sus colores y belleza, el Cisne de cuello negro.

En los predios dominados por la actividad agrícola también hay especies características aunque no exclusivas como el queltehue, el pidén y el tiuque.